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Encargado del semillero futbolístico

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Marcos Santos es un destacado futbolista uruguayo que en la actualidad se desempeña como director y entrenador profesional en la academia de fútbol del Club Municipal, que se ubica en el kilómetro 18.5 de la carretera a San José Pinula.

 

De nacionalidad uruguaya, comenta que nació el 13 de noviembre de 1980.  Fue jugador de fútbol en diversos clubs, incluido El Central Español, Club Platense y Boston River, en Uruguay.

 

¿Cómo se inicia en el entrenamiento profesional?

Inicié en las ligas juveniles del Club Central Español y estuve tres años en el Club Rentista, de la liga mayor de Uruguay a cargo de la división 15 y 17. También estuve en captación de talentos en el Club Liverpool. En el 2010 me contrataron como director de la academia en el Club Municipal. También trabajé en el Futeca Camp Elite y en la actualidad también soy entrenador del equipo de Tercera División del club Municipal.

 

¿Cuál ha sido su experiencia en esos cargos desempeñados?

Procuro transmitir los conocimientos que enseña la metodología uruguaya  siguiendo la línea futbolística de Gustavo Machaín, que tenemos en el Grupo Mayor. Una línea de enseñanza se enfoca en los fundamentos técnicos, tácticos y físicos, para que a medida que los muchachos van creciendo, puedan llegar al equipo mayor, siguiendo una línea de trabajo con una planificación trimestral adecuada. Por supuesto, otra línea importante se enfoca en la formación de personas humildes y profesionales de excelencia.

 

¿Que implica esa formación humanística?

Es responsabilidad, por ejemplo, venir a entrenar porque consideran a su equipo importante, como una familia donde conviven en grupos. Estar en este lugar les aporta algo sano a su vida, que los aleja de las drogas, los robos en un entorno saludable.

 

¿Qué tipo de preparación tiene usted como entrenador?

Para ser entrenador hay que estudiar bastante. En Uruguay se llevan tres módulos que incluyen Psicología, Anatomía, Pedagogía, Investigación, Didáctica y Técnica Táctica, entre otros. Quien ha jugado fútbol puede llegar de otra manera al jugador que entrena. No obstante, quien no ha jugado futbol también puede llegar a ser un buen entrenador, pero todo depende de saber acercarse y transmitir los conocimientos y no dejar de lado la parte psicológica de las personas.

 

¿Alguna anécdota de su trabajo con jóvenes guatemaltecos?

Aunque tanto uruguayos como guatemaltecos hablamos español, una anécdota curiosa cuando llegué al país, ocurrió al referirme a los jóvenes. Yo les decía “muchachos” pero noté que se incomodaban un poco porque la malinterpretaban. Luego les explicamos que quería decir algo así como “patojos” y todo quedo en algo gracioso.

 

¿Identifica alguna diferencia al entrenar a guatemaltecos?

Considero que algunos temas de mentalidad, formas de pensar o cuestiones culturales. En Uruguay, donde me desempeñé como entrenador, a los 16 o 17 años un joven ya quiere estar en la liga mayor, porque a los 20 ya están en la liga mayor y buscan jugar en Europa. Cuando hablo de lo cultural me refiero a que se han dado casos en que los muchachos tienen partido, pero también una celebración de cumpleaños, que prefieren antes de su compromiso con el fútbol. En la academia buscamos hacer profesionales y derribar ese tipo de mentalidades.

 

¿Nos puede compartir algún momento de satisfacción como entrenador?

Como entrenador o jugador pasamos por muchos momentos, algunos grandes y otros no tanto, pero siempre se debe aprender de los errores y tomarlos con humildad. Aquel jugador o entrenador que sepa sobrellevar eso, es el que va a llegar lejos.

 

¿Qué elementos debe poseer un futbolista destacado?

Lo primero es la técnica. La parte física se mejora, saber cómo pararse en el campo, entre otros, pero la técnica se trae de fábrica. En los reclutamientos o pruebas eso buscamos.

 

¿Cuál es su jugador favorito?

Enzo Francescoli, un jugador uruguayo.

 

¿Su estadio preferido?

El estadio Centenario, donde fuimos los primeros campeones mundiales en el año 30.

 

¿Su entrenador estrella?

Domingo Rama, de ligas juveniles uruguayas que fue quien me formó.

 

¿Y su técnica preferida?

Me gusta la del Barcelona, la posición de balón, la carrera, entre otros. También me gusta, por supuesto, la que impone la Garra Charrúa, que nos ha llevado lejos como uruguayos.

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