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Con una amplia trayectoria y notable experiencia en los procesos electorales como funcionario y presidente del Tribunal Supremo Electoral, este vecino de Carretera a El Salvador expresa su opinión sobre el actual proceso que atraviesan los guatemaltecos, el cual genera incertidumbre y desconfianza.
En el año 1989 fue designado magistrado del TSE. Luego de dos años ejerció la presidencia de dicha institución, donde estuvo en dicho cargo hasta el 2002, año en que se jubiló. También es escritor del libro “Memorias de un magistrado”, y director del Registro de Ciudadanos. Guerra Roldán comenta que se siente cansado y un tanto frustrado por los últimos procesos electorales, ya que todo va hacia un precipicio. Carretera News tuvo un acercamiento con el exfuncionario público, quien expresó su enojo y frustración con el proceso electoral que se desarrolla en Guatemala.
¿Cuáles son las cualidades que debe tener un magistrado?
Además de las señaladas por la ley, debe ser una persona que conozca la materia con capacidad. Además de honradez, sin antecedentes, que no esté mezclado en alguna cosa turbia. Un profesional correcto, con credibilidad y confianza por el pueblo. Que lleguen por lo que son y no por lo que negocian.
¿Qué cambios ha visto desde su último año como funcionario?
Actualmente el Tribunal va cayendo en su prestigio, ya no existe el respeto a esta institución por parte de los políticos. En nuestra época teníamos mucha autoridad presente, incluso en una administración le llamamos la atención a Serrano Elías por incumplir con sus funciones. El TSE tenía presencia en el pueblo; creencia, prestigio y credibilidad popular. Ahora tenemos esa incógnita, a esta administración le falta presencia y autoridad en sus decisiones. Existe mucha indecisión dentro del mismo, hace falta uniformidad.
¿Le gusta informarse sobre la actualidad en el proceso electoral?
A mis 91 años ya me cansé de ver que todo marcha mal, hacia el fondo de un precipicio. En mi vida profesional nunca había tenido una experiencia tan mala como la que estamos viviendo. Es un proceso tenebroso y misterioso, por el reinado que tiene la corrupción en el país.
¿Existe un candidato idóneo para la presidencia de Guatemala?
Ya se conocen y cuentan con malos antecedentes. Se necesita idoneidad, carecer de antecedentes y ser intachables, pero si nos ponemos a analizar, no existe ninguno con estas cualidades.
¿Cómo ve el sentir de los guatemaltecos?
Sin duda es decepción y frustración, estamos viviendo una época muy crítica en el fondo de un pozo. La corrupción impera en el país y los corruptos están protegidos por el gobierno, y eso es muy evidente y notorio. Dan ganas de irse de Guatemala porque tampoco hay unión, es una sociedad fragmentada. Si no hay unidad en el pueblo, las cosas no van a mejorar.
Sabiendo que habrá una persona electa, ¿qué cualidades debe tener?
A los que están en segunda vuelta no se les nota esa carencia de antecedentes y señalamientos. No presentan un verdadero programa de gobierno, este debe reflejar los estudios hechos desde que Guatemala es Guatemala, con los elementos económicos, étnicos, poderes, ideología, necesidades, etcétera; donde se deben plantear las soluciones idóneas para la problemática. Estos partidos carecen de estos y otros elementos importantes, sin esto no puede haber una democracia sólida y sostenible.
¿Qué espera para el país en los próximos días?
Siento una gran frustración, nunca había sentido esta desesperanza que tengo ahora. No veo un porvenir claro, es un panorama oscuro e incierto. No sé qué deba suceder para que el cambio suceda.
¿Tiene alguna visión con la que se ayudaría a cambiar al país?
Se necesita un plan de educación cívica, desde la infancia hasta los ancianos, donde se enseñen los principios, se conozca la Constitución y se reciba orientación jurídica y cívica. Los jóvenes salen sin tener orientación, es por ello que los adolescentes tienen mucho abstencionismo.
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