Los residentes de la Granja Jerusalén, ubicada en la aldea Lo de Diéguez, Fraijanes, sufren las consecuencias del desperfecto de un tubo de aguas residuales que desemboca en la limítrofe del terreno.
Además de los olores fétidos que afectan el bienvivir de los inquilinos, los niños que viven en los alrededores se ven en riesgo, ya que les impide salir a jugar tranquilamente. Así mismo, la contaminación de un riachuelo que atraviesa la granja es un peligro latente.
En la época de verano, el mal olor aumenta, y según los residentes de la granja, ya son más de 7 años de soportar este problema. El drenaje proviene del residencial Entre Flores.
“Esperamos que la municipalidad o cualquier entidad de ambiente quite el tubo, o que lo pasen a otro lugar, porque ya no queremos ese mal olor y contaminación, que además afecta el bosque y el ambiente sano”, comenta una residente.