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Irving Alexander Palacios Mendizábal tiene 27 años, es músico, publicista y diseñador gráfico. Asegura que no busca la fama, solo expresar lo que siente y piensa a través de su guitarra.
Dice que su mayor satisfacción es provocar un recuerdo, un sentimiento o una sonrisa en las personas, y ese, podría considerarse su mejor legado.
¿Cómo logras combinar el diseño y la música?
Toda mi vida gira en torno a la creatividad, precisamente por mi carrera artística y mi profesión. Ambos aspectos de mi vida tienen la misma prioridad y procuro distribuir mi tiempo en forma equitativa, así logro crecer y fortalecer mis habilidades.
¿Por qué elegiste la guitarra sobre otro instrumento?
La guitarra llegó a mi vida a los 12 años. Recuerdo que en mi casa había una guitarra empolvada y nunca imaginé que la utilizaría y emprendería un viaje sin regreso. Posteriormente, decidí profesionalizarme e iniciar mis estudios de guitarra clásica.
¿Admiras a algún músico en particular?
Admiro a muchos guitarristas de flamencos y solistas instrumentales, entre ellos a Paco de Lucía, Vicente Amigo, Antonio Rey, Niño Josele.
¿De no haber elegido la música, qué otra actividad realizarías?
Seguramente me encontraría en otra rama del arte, no importa cual, porque no puedo vivir sin expresarme de manera creativa.
¿Qué proyectos musicales has trabajado?
Llevo once años de carrera artística con Adagio, un proyecto con otros músicos y artistas talentosos: Carlos Roca, también guitarrista; Alejandro Arévalo percusionista, y Andrea Barrios, bailarina de flamenco y hemos logrado conquistar escenarios nacionales e internacionales.
¿Qué retos presenta el escenario nacional para la música que interpretas?
Ha sido complicado encontrar espacios y apoyo a nivel nacional, más cuando te perfilas como solista. Considero que cuando amas lo que haces, sin importar si es en un escenario pequeño o grande, aprendes a disfrutarlo.
¿Preparas algún proyecto musical nuevo?
Me encuentro en el desarrollo de mi carrera como solista instrumental y trabajo en mi primera producción discográfica “Agua y Luna”, que se trata de un tributo al lago de Atitlán.
¿Cómo te preparaste para crear ese disco?
Como fuente de inspiración, realicé un viaje que duró un año y medio, por todos los poblados alrededor del lago. Eso me permitió conocer de cerca la cultura particular y sus matices, que me permitió encontrar la paz necesaria que buscaba y deseaba plasmar en cada pieza.
¿De dónde surge el nombre de tu disco?
En ese proceso pasé noches enteras y compuse varias piezas en los muelles que dan al lago, esos lugares inspiran y por eso el nombre “Agua y Luna”.
¿Qué podemos esperar del nuevo material?
Reitero que con cada presentación y proyecto que muestro al público, busco provocar algo en las personas. Les adelanto que el nuevo disco es hermoso y tendrá la participación de otros artistas músicos, poetas y de artes visuales.
