“Nuestros niños son un tesoro, ejemplo de esfuerzo y perseverancia a pesar de las limitaciones con las que viven”, comenta Verónica Cortez, de Casa del Alfarero.
Esta es una organización Cristo céntrica, fundada por dos guatemaltecas que fueron inspiradas a tomar acción a través de su experiencia al ver la extrema pobreza en el Relleno Sanitario de la zona 3, en la Ciudad de Guatemala.
Por más de 30 años, han servido a las comunidades que han crecido alrededor del basurero. Con la ayuda de varias organizaciones, iglesias, ministerios y personas dentro y fuera del país, han logrado desarrollar y formar guatemaltecos de bien y prosperidad para el país.
Actualmente, la organización cuenta con tres centros en los que estratégicamente atiende niños y adolescentes y ofrece jornadas de servicio. Diariamente reciben a más de 270 niños, brindándoles almuerzo y refuerzo escolar. “Solo en la comunidad hay más de 7 mil niños y un promedio de 13 mil personas”, agrega Cortez.
Uno de los colaboradores
Dentro de los colaboradores eficaces se encuentra Llamasa, una empresa guatemalteca comprometida con el servicio y desarrollo social. Desde hace más de 4 años, la empresa colabora en los diferentes proyectos de la institución, con donaciones, aportes económicos, y enviando a su personal a las jornadas de servicio de manera esporádica.
“Nosotros creemos en ayudar al hacer aportes y donaciones, sin embargo, la ayuda es para nosotros, al brindarnos esta experiencia, en la cual podemos involucrarnos de distintas maneras; desde fondos que aportamos, hasta una sonrisa, y ese es el valor que nos deja, que siempre tenemos algo para compartir cuando nace del corazón”, comentó Jessica Rivera, gerente de mercadeo de Llamasa.
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