La población guatemalteca de finales del siglo XVI creó un plato frío especial, para ser ingerido durante las celebraciones anuales conocidas como el “Día de Todos los Santos”, que se conmemoran el 1 de noviembre. Se sabe que surgió como una comida de ofrenda y sacrificio. Es una de las mejores expresiones de la tradición guatemalteca; representa la pluriculturalidad y multiculturalidad del país.
Identidad
En este alimento puede establecerse el ADN del guatemalteco: el uso de las verduras y sus aderezos es herencia evidente del mundo prehispánico. Por otra parte están los embutidos, carnes y pescados que los españoles introdujeron al llegar a estas tierras. Además tiene algunas influencias árabes, de parte de los europeos, al incorporar quesos, aceitunas y alcaparras.
Existen cuatro tipos de fiambre: el rojo, el blanco, el verde y el dulce. A pesar de que el blanco y el rojo son los más comunes, también se cocinan los otros dos. ¿Ya los probaste todos?
El fiambre rojo se caracteriza por la presencia de remolacha como ingrediente principal. En el blanco se utilizan verduras de color más claro y no se le agrega remolacha. El fiambre verde se diferencia por el color del caldo, aunque lleva los mismos ingredientes. El dulce es diferente por su caldo, el cual es hecho a base de agua de panela.
Tradición
Más allá de lo gastronómico, esta comida es un medio de unión familiar entre vivos y muertos, por lo que es muy común que las familias degusten fiambre en casa o en el cementerio, mientras recuerdan y adornan las tumbas de sus difuntos.
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