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Ana Rosa, guatemalteca de 72 años, inició su labor como maestra en la Escuela República de Haití No.5 en 1974, donde impartía clases a niños de preprimaria, de 4 a 6 años, bajo la dirección de Telma Figueroa.
¿Cómo inició todo?
En 1983 renunció la directora y hubo un concurso por oposición para ese puesto, yo tenía el deseo de desempeñar ese cargo, aproveché para presentar la solicitud y gané.
Fue ahí que comencé como directora del establecimiento, y me propuse que a la escuela nunca le faltaría nada que estuviera en mis manos. No me hacía a la idea que la escuela tuviera vidrios rotos, o que estuviera sucia, solo por no ser un colegio.
¿Qué es lo que más disfruta de la escuela?
Desde que tomé posesión, mi propósito es y será que la escuela esté nítida para el bienestar de los alumnos. Años atrás, se había logrado exitosamente, con la ayuda de los padres, pero lastimosamente, cuando llegó Colón a presidente ya no fue permitida la ayuda de los padres.
¿Qué espera de la niñez de Guatemala?
Que todos los niños estén bien, no me gusta escuchar que hay niños desnutridos, nuestro país merece apoyo y es lo primero que falta, ya que el Gobierno lastimosamente exige mucho y devuelve poco.
Debido a las limitaciones del ámbito ministerial, no contamos con internet, es por eso que recurrí a aportar mi módem, para que las maestras le den el uso adecuado, y puedan esmerarse en dar sus clases.
¿Alguna anécdota que le haya marcado como directora?
Hubo un niño que fue muy destacado en la escuelita, y gracias a ello obtuvo una beca para el Colegio Americano, pero le costaba el inglés, ya que era un conocimiento nuevo para él, desde entonces decidí impartir esta clase a todos nuestros estudiantes.
Ahora ese niño es médico y cirujano, y fui invitada a su graduación, eso me llenó de satisfacción. Sin mencionar que ahora los hijos de algunos ex alumnos estudian aquí.
¿Algún consejo que quiera brindar al área educativa?
Recuerden que la educación primordial viene desde muy pequeños, es ahí donde insto a todos los maestros a tomar conciencia, ya que su calidad perjudica o ayuda para toda la vida. También hago un llamado para que ayuden más al niño a quien le cuesta el aprendizaje.
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