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Fernando López, nació en Guatemala y dejó el país a los 22 años de edad, en busca de una mejor vida. Trabajo como cocinero en Hawái, fue allí donde conoció a su esposa japonesa y después de cinco años decidieron mudarse a Japón donde aprendió el arte de preparar el Okonomiyaki.
Hace 17 años abrió su propio restaurante con su apellido “López”. La palabra okonomiyaki está formada por el honorífico o (お?), konomi (好み gusto?) y yaki (焼き cocinado a la plancha?), significando «cocinado (a la plancha) a su gusto», explicó el chef.
La masa cocinada consiste en una base de harina, ñame rallado, agua, huevo okonomiyaki deseado. Algunos ingredientes comunes son la cebolleta o cebolla de verdeo, carne, calamar, camarones, vegetales, kimchi, mochi y queso. Una vez listo el okonomiyaki, este es cubierto con salsa de okonomiyaki, mayonesa, aonori y katsuobushi. Estos ingredientes se proporcionan aparte para utilizarlos al gusto del consumidor.
¿Qué piensan los japoneses cuando se enteran que es un guatemalteco?
“Se sorprenden mucho, eso me alegra, porque a veces los clientes traen a sus amigos que les dicen: ¿por qué me traes a un restaurante donde un guatemalteco me va a cocinar?, entonces responden, pruébalo. A la gente le gusta mucho yo hago exactamente lo que me enseñaron y por eso es que las personas de Hiroshima. Aprecian que yo mantengo la tradición, no he cambiado”.
Por estar tan cerca del cliente por estarlo preparando enfrente, el 80% del servicio es la atención que se le da al cliente.
Lo más difícil para Fernando de vivir en Japón fue el idioma en un inicio y luego la cultura, entenderla y adaptarse a ella. El chef explicó que lo que más extraña de Guatemala es el paisaje, los espacios rurales, la comida y la gente.
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