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Joel Morales es un artista guatemalteco que inició su trayectoria desde muy pequeño, al descubrir su talento y habilidad para dibujar. “Recuerdo que a los 6 años de edad ya empezaba a hacer mis primeros dibujos. Pero fue hasta los 10 años que descubrí este don nato y empecé a desarrollarlo”, explica.
Desde entonces, ha acumulado un recorrido de 20 años, pasando por varias exposiciones y convenciones de artes plásticas y arte corporal, a nivel nacional e internacional.
“He tomado cursos y seminarios y constantemente estoy actualizándome, ya que cuando algo te gusta, no te cansas de aprender y mejorar. El mismo ambiente te va desafiando a actualizarte. No te puedes quedar con las técnicas y estilos de hace diez años”, agrega.
Actualmente, Joel cuenta con una galería abierta al público, con la que promueve el arte y fomenta el interés por el mismo, en sus diferentes ramas. A la vez, tiene un estudio de tatuaje en el que atiende de tres a cuatro días por semana. “Uno es complemento del otro, podría pasar toda la semana tatuando, pero siempre aparto días para los temas de la galería, de manera que siempre estoy ocupado”.
Sus obras
Joel explica que lo que más se le facilita, porque es su “don nato”, son los temas de realismo mezclados con abstracto, es decir, no ser tan temático o rígido en sus diseños. “Me gusta captar una escena que tenga mucha textura, por ejemplo una familia, escenas de películas, un rostro, las piezas con muchos detalles. En realidad se me hace demasiado cómodo, y no es que sea fácil, pero disfruto hacerlo. Mientras más difícil sea el reto, más energía siento para realizarlo”, explica.
La sesión de tatuaje más extensa que ha realizado fue una pieza que le llevó 15 horas. Fue en una convención en El Salvador, el primer día fue una sesión de doce horas y la segunda, al siguiente día, de tres horas.
“Siempre he dicho que uno pinta no pensando en lo económico, lo hace por el amor al arte. Y quizá así puedes crear una obra a la que le tomes mucho cariño y no tenga precio económico. Luego te topas con otras que son bonitas, pero se pueden vender”.
En cuanto al arte corporal, Joel agrega que muchas personas trabajan por hora. Él prefiere hacerlo por diseño. “Un diseño pequeño puede valer Q300, mientras que uno más elaborado puede llegar hasta los Q4 mil”.
Recomendaciones
Para las personas que están pensando hacerse un tatuaje, esta es una de las recomendaciones más importantes que el artista ofrece: “El precio no siempre es buen referente para catalogar al artista como bueno, es decir, no todo lo caro es bueno. Lo primero que se debe hacer es definir el diseño, con base a ello buscar a la persona que maneja esa especialidad. Revisar su portafolio te ayudará a reconocer el estilo que maneja. Y por último, platicarlo con él, hay tatuadores industriales que por ganar dinero dirán sí a lo que se les presente, sin estar conscientes de que su trabajo permanecerá para toda la vida”, concluye Joel.
Para seguirle la pista puedes buscarlo en redes sociales como: @joel_art_morales y @joelmoralesgalery.
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