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Una mañana tranquila de julio, soleada al fin, luego de que por varios días no logramos ver al astro rey debido a la lluvia imperó en el valle de la Ciudad de Guatemala. Caminaba en una de las calles emblemáticas de la zona 11, a una cuadra del redondel Mariscal. Sí, ese lugar icónico dónde el árbol de Flamboyán, imponente adornaba el paso de transeúntes y lugareños. Ese mismo que el 3 de junio sucumbió ante las inclemencias del tiempo. Ese mismo que ahora es sustituido por uno nuevo de la misma especie y que llevará por nombre “Árbol Mariscal”.
Llamó mi atención un letrero hecho de cerámica, titulado “Triana”, posteriormente me percaté del logo de la Tricentenaria Universidad de San Carlos de Guatemala. Las puertas abiertas invitaban a entrar. No conocía el lugar, la curiosidad despertó en mí y decidí entrar.
El encargado de lugar amablemente me saludó, saludo al cual correspondí. Me percaté que a mi lado izquierdo, al fondo en el jardín, tres personas realizaban ejercicios tipo Tai Chi (supongo). Mi primera pregunta, previo saludo, va encaminada a saber de qué se trata el lugar.
Muy atento, me responden que es la Casa de la Cultura Flavio Herrera. –Me suena a escritor, pensé–. El guía, (por ponerle un nombre), me invita a pasar y dar un recorrido por el lugar. Sus datos van relacionados con nuestro personaje. Deslumbrado por los objetos antiguos del lugar, no puse mucha atención a lo que amablemente me indicaban, hasta que a mis oídos llegó… él escribió una novela llamada El Tigre.
Al escuchar esa última frase, en mi cabeza hubo una convulsión por ese dato. Mi mente comenzó a procesar esa información, luego de unos segundos ya tengo respuesta a aquella primera impresión sobre el nombre de esa casa. En la universidad participé en una obra de teatro, la cual fue precisamente El Tigre de Flavio Herrera. Fue acá donde tuve pronta respuesta a aquel pensamiento que tuve al conocer el nombre de dicho lugar.
Luego de la rápida visita –no tardó mucho–, porque debía realizar otras diligencias, salí en busca de mi próximo destino; eso sin antes agradecer las atenciones recibidas. Movido por esa alegría de saber al menos un dato sobre esa casa, me pongo en la tarea de buscar información sobre el escritor guatemalteco, teniendo como resultado lo que a continuación les comparto:
Flavio Herrera, nació en la ciudad de Guatemala, el 18 de febrero de 1895. Estudió la primaria en el Colegio San José de los Infantes. La secundaria en el Instituto Central para Varones. Sus primeros pasos en el mundo literario, los dio en la revista Juan Chapín.
En 1918 se graduó de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Viajó a Alemania para continuar sus estudios, visitó otros países europeos y conoció a grandes literatos. Luego de su paso por Europa, regresa a Guatemala y se convierte en un hombre de campo. Administraba las fincas cafetaleras de su familia ubicadas en San Antonio Suchitepéquez. Los paisajes del lugar fueron su inspiración en su creación literaria.
En 1921, publicó sus cuentos: La lente opaca y sus poemas “El ala de la montaña”.
En 1931 publica en la obra Trópico sus primeros Haikais que le dan reconocimiento internacional. Luego aparecerán Bulbuxya y Sagitario (1933), también de poesía japonesa. Haikai, es una forma breve de poesía tradicional japonesa, se expresan sentimientos surgidos de la observación de la naturaleza, cada autor coloca su interpretación y percepción.
Flavio Herrera lo define así:
Emoción. Síntesis. Bruma. Todo el milagro del mar, en una gota de espuma.
No soy muy bueno para eso de los versos, pero me gusta leer. Lo más importante de todo esto, es que hemos aprendido sobre la vida de un escritor guatemalteco y lo que significa Haikai. Luego de esa breve pero necesaria aclaración, continuemos descubriendo la vida de Flavio Herrera.
En 1934 publica su primera novela El Tigre –Sí, esta fue la novela que tuve a bien leer y representar en una obra de teatro junto a mis amigos de la universidad, gracias al curso de Literatura.- Publica La Tempestad en 1935, Poniente de Sirenas en 1937 y Caos en 1949.
En 1961 decidió dejar sus bienes a la Universidad de San Carlos. Actualmente se ubica la Casa de la Cultura, que lleva su nombre.
Falleció el 31 de enero de 1968 a los 73 años.
La vida de Flavio Herrera transcurrió cómoda y tranquilamente en su casa del barrio Mariscal. Se ubica específicamente en la Calle Mariscal, 7-46 zona 11. Les dejo la dirección exacta para que se animen a visitar el lugar, el ingreso no tiene ningún costo. Pueden visitarlo de lunes a viernes de 8:00 a 16:00 horas. También cuentan con visitas didácticas y talleres literarios son de 10:00 a 12:00 y de 14:00 a 15:00 previa cita.
La Casa de la Cultura, luego de su restauración inicia labores el 16 de junio de 1973. El museo contiene las pertenencias que fueron de uso familiar del escritor, así como su biblioteca, expresada en diversas temáticas. Cuenta con auditorio, salas de trabajo y áreas de jardín.
Podemos concluir entonces, en que una curiosidad se puede transformar en conocimiento adquirido, siempre y cuando, demos seguimiento a dicha curiosidad. Toda la información que tuve a bien compartirles, fue gracias a algunas consultas en internet y a unos folletos que aquel guía movido por su labor, me brindó.
De esta manera, los invito a que visiten esta casa de la cultura, que aprendamos y conozcamos más acerca de toda la riqueza que nuestro tiene. Seguiré en mis diligencias, caminando en las calles de nuestra ciudad, así como mucho de ustedes, no sé cuál será el rumbo. Lo que sí les prometo, es alguna historia de nuestra bella Guatemala.
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