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- ¿Qué es lo más difícil de tu trabajo?
Como comunicador, lo más difícil es decirle la verdad a la gente sobre lo que sucede.
Algunos quieren que se diga de manera diferente, porque se ven involucrados; se ponen ebrios y causan destrozos, y luego no quieren ser protagonistas de una noticia, la sociedad los señalaría. Con eso estarías enviando un mensaje de irresponsabilidades humanas al volante. No les gusta que les diga bolos o borrachos, pero sí les parece bien que les llame ebrios, que al final es el mismo concepto, en palabras coloquiales. Se sienten ofendidos por sus irresponsabilidades. Esto es solo un ejemplo.
Tenemos que trasladar fotografías de hechos relevantes que ofenden a algunos, pero en realidad es irresponsabilidad, por no utilizar casco, por sobrecargar motocicletas o llevar a los niños en el tanque de combustible.
Se debe tener mucho cuidado de cómo se dicen las cosas, pero al final las verdades son las mismas.
2. ¿Cuál es tu horario de descanso?
Siempre estoy a disposición, ya me acostumbré a la jornada laboral. Al final, si no lo hago yo, lo hará alguien más, así que trato de disfrutarlo la mayor parte del tiempo, para no separar el trabajar con dar lo mejor de mí.
3. ¿Qué medio de comunicación disfrutas más?
Me volví omnipresente, si cabe esa palabra, porque las redes sociales siempre tienen que estar activas. Aunque disfruto más del trabajo en la radio que en la televisión, porque logro llegar a más personas que van dentro del tránsito, a diferencia de los televidentes.
4. Detrás del uniforme, ¿quién es Amílcar Montejo?
Después de un 85 % de tiempo de atender los temas relacionados al tránsito, disfruto de estar con mi familia, la lectura, andar en bicicleta, o salir a correr. No me van a ver mucho en centros comerciales, prefiero ir a los mercados. Si en algún momento me ven en las calles, ¡salúdenme, soy un ciudadano que está para servirles!
5. ¿Qué proyectos tienes para el 2018?
Estoy trabajando en un proyecto de educación vial para niños. Esta es muy importante, ya que es bastante difícil transmitirles información donde ellos se vean involucrados, por las irresponsabilidades de los adultos.
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