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Desde que llegué a este país hace dos años y, siendo doctor en Psicología y director del colegio SEK Guatemala, he podido descubrir junto a mi familia un país maravilloso. Disfrutamos cada día de un clima inigualable y de una biodiversidad abrumadora. Pero me llama la atención que, a pesar del clima perfecto todo el año, muchos niños van del salón de clase a otro ambiente cerrado, el de sus casas. Por cuestiones de seguridad y el ritmo de las grandes ciudades, muchos niños ya no juegan en parques o calles. Si a esto le sumamos el temor a las alergias y a los resfriados, nos encontramos con niños que apenas se exponen al aire libre.
Sin embargo, los beneficios de estar al aire libre han sido ampliamente demostrados, tanto en parámetros relacionados con la salud física, como en el rendimiento académico. Por esta razón, es necesario que los niños disfruten de grandes áreas verdes en los colegios para uso pedagógico y de ocio. En el colegio SEK Guatemala disfrutamos, a diario, de 5 hectáreas de terreno en el los que los alumnos realizan deporte, arte, música, recorridos botánicos, bmx o cross country, así como parte de las actividades académicas, ya que todo el colegio es un espacio de aprendizaje.
Este acercamiento metodológico es completamente compatible con la excelencia académica, que en nuestro caso evaluamos con parámetros internacionales por pertenecer a una Institución con 126 años de experiencia, que está presente en 16 países alrededor del mundo. Bajo esa visión internacional, llama la atención los numerosos casos de bullying o déficit de atención en Guatemala, y mi pregunta sería ¿no será consecuencia de una metodología que ya va siendo hora de renovar y unas dinámicas de clases entre cuatro paredes? Los tiempos cambian y la educación y los métodos de aprendizaje también.
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